MITO: LAS VITAMINAS ENGORDAN
REALIDAD: Las vitaminas no son ni proteínas, ni grasas, ni azúcares, no contienen calorías en su composición química, por lo que NO ENGORDAN. Las vitaminas son sustancias o elementos que son necesarios para que el cuerpo funcione perfectamente y para que se lleven a cabo cada una de las reacciones metabólicas fundamentales en nuestro organismo. Por ejemplo, si el cuerpo fuera un carro, las vitaminas serían las bujías que nos ayudarían a usar el combustible para que funcionara el automóvil.
Sin las vitaminas, el cuerpo humano no podría sobrevivir. El ser humano necesita las vitaminas para tener una vida sana. Normalmente, conseguimos las cantidades suficientes de vitaminas desde nuestros alimentos, pero durante algunos períodos de nuestra vida, como durante el desarrollo, la pubertad, el embarazo y la vejez, las demandas de vitaminas y oligoelementos aumentan por lo que es necesario suplementar con complejos polivitamínicos.
Algunos estudios han informado que solo un 10% de la población que recibe complejos polivitamínicos refieren leve aumento del apetito, que se atribuye específicamente al complejo B, sin embargo, las vitaminas como tal NO ENGORDAN.
MITO: COMER FRUTA DE NOCHE ENGORDA.
REALIDAD: Con frecuencia escuchamos decir que comer fruta de noche engorda. Probablemente muchos se han hecho esta pregunta, pues existe la creencia de que comer fruta en la noche puede hacernos engordar. Como cualquier otro tipo de alimento, las frutas pueden contribuir al aumento de peso si las comemos en exceso o las preparamos de manera inadecuada, es decir, si por ejemplo, en lugar de consumir la manzana cruda, la comemos al horno con azúcar o miel. Si bien es cierto que las frutas tienen un bajo valor calórico (salvo algunas excepciones), no significa que podamos comer todas las que queramos. La Sociedad de Dietistas Americana con su nueva campaña MyPlate recomienda cinco raciones de frutas y verduras consumidas a lo largo del día, para estar saludable.
La fruta no cambia de propiedades ni se hace más energética durante la noche. Comerse una fruta en la noche no tiene porqué afectar el nivel de glucosa significativamente, por ende no habrá una gran descarga de insulina que pueda hacernos engordar. Uno puede comerse una fruta de noche sin tener sentimientos de culpa, lo que no conviene hacer es sustituir una comida por un gran bowl de frutas donde podríamos poner unas 10 variedades y 6 tazas de ellas, con un consiguiente alto contenido en fructosa (forma de azúcar encontrada en las frutas), que podría influenciar negativamente el peso, si ocurriera una descarga de insulina. Comer una fruta de noche es saludable, sobre todo si no es muy dulce y se consume con cáscara. De esta forma se consume fibra, que puede ayudar a corregir problemas de estreñimiento.
En resumen, la fruta se puede comer de noche, siempre con moderación. No hay que olvidar que las frutas son alimentos de un importante valor nutricional, especialmente por su contenido en vitaminas, minerales, fibras y agua. El secreto vuelve a estar en la cantidad consumida.
MITO: EL CHOCOLATE PRODUCE ACNÉ
REALIDAD: No es sólo un trastorno estético, sino que ocasiona muchos problemas en la autoestima y la seguridad en uno mismo. Existe el mito generalizado de que el chocolate desencadena acné en gente con predisposición. Esto no suele ser cierto, pero cuando los pacientes con acné acuden a la consulta dermatológica, sí suelen estar convencidos de que el chocolate causa y empeora el acné. Realmente, sólo en un 10% de pacientes con acné existe una clara correlación entre la ingesta de chocolate y el empeoramiento de su acné facial o corporal. Pero incluso esto habría que puntualizarlo pues hay que saber qué tipo de chocolate es el que estamos ingiriendo. No es lo mismo un chocolate negro, con al menos un 70% de cacao, que un chocolate con menos cacao y más proporción de azúcares y grasa. Sabemos que es importante la predisposición individual a padecer acné, pero también lo es, y mucho, la composición exacta del chocolate que se ingiere. Con los conocimientos actuales, podemos decir que el CACAO no produce ni agrava el acné y, además, como explicaremos en otra ocasión, es una fuente extraordinaria de antioxidantes.
El problema está en que el chocolate puede llevar altas dosis de azúcares y grasas saturadas, normalmente en cantidad inversamente proporcional al contenido en cacao. Y estos azúcares y grasa sí pueden favorecer las lesiones de acné inflamatorio. En distintos estudios se ha visto que una dieta con alimentos con un índice glucémico bajo pueden mejorar el acné. Igualmente habría que saber qué tipo de leche se añade al chocolate, pues el consumo total de leche y derivados también se ha asociado con el acné (Adebamowo et al. High school dietary dairy intake and teenage acne. J Am Acad Dermatol, 2005). En resumen, pendientes de estudios adicionales para comprender mejor el papel de la dieta en el acné, el consejo a dar a los pacientes con acné sería: si consume chocolate y empeoran las lesiones de acné, pruebe a consumir chocolate con al menos 70% de cacao; si siguen empeorando (lo cual ocurre en una minoría), evite este alimento.
@DraAnaAdames
@DraEstherArrue
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