lunes, 20 de junio de 2011

EMBARAZO, PESO Y DIETA

Durante los últimos años se ha observado un creciente interés con relación a los efectos que tiene el estado nutricional materno sobre el producto de la gestación y el desarrollo infantil. El mismo radica en el hecho de que la desnutrición materna (tanto pre gestacional como durante la gesta) tiene graves consecuencias para el recién nacido, dadas por la elevada incidencia de bajo peso al nacer, retardo o detención del crecimiento y riesgo de difícil psicomotor posterior. Por el contrario, la obesidad materna antes y durante el embarazo se relaciona con el desarrollo de diabetes y alteraciones endocrinas en el recién nacido.

Con respecto al seguimiento en la ganancia de peso durante el embarazo se han establecido rangos desiguales de acuerdo al estado nutricional pregestacional de la madre, o del estado nutricional al momento de la evaluación.  Si antes del embarazo la madre era normopesada, es decir, que tenia un Índice de Masa Corporal (IMC)  entre 19.8 y 25 Kg/m2, la ganancia total durante los 9 meses debería ser entre 11.5 y 16 kilogramos, con una ganancia promedio durante el primer trimestre de 2 Kg, y de 5 a 7 kilos durante el segundo y tercer trimestre respectivamente. Especial interés debemos tener en aquellas pacientes que miden menos de 156 cm, cuyo aumento de peso debe ser a nivel del límite inferior, es decir, no mayor de 11,5 Kg durante los 9 meses de embarazo.  Por el contrario, aquellas pacientes adolescentes normopesadas, deben tener una ganancia de peso a nivel del límite superior recomendado.


Aquellas pacientes que antes de estar embarazadas tenían un IMC menor a 19,5 Kg/m2, que según consensos internacionales, las clasificamos como desnutridas o bajo peso, la ganancia de peso durante los 9 meses de gestación debe ser entre 12,5 y 18 Kg, con un control estricto mensual del peso materno y fetal.

Por el contrario, las mujeres quienes antes de embarazarse tienen un IMC mayor a 26 Kg/m2, es decir, que se encuentran sobrepasadas u obesas, deben tener una ganancia total durante el embarazo de 7 a 11,5 Kg, con una ganancia no mayor de 1,5 Kg durante los primeros tres meses de gestación, y menor de 4 Kg durante el segundo y tercer trimestre respectivamente (0,3 Kg semanales a partir de la semana No 13).

 Dichas recomendaciones son tomadas de acuerdo a las observaciones de médicos especialistas que han evaluado cómo el peso pregestacional de la madre puede influir en el crecimiento y desarrollo de alguna alteración en el feto, recién nacido o si dicho peso tiene alguna repercusión en la infancia del niño.

Ahora bien, el manejo nutricional de la paciente embarazada obviamente será de acuerdo a su diagnostico nutricional: si es normopesada, bajo peso u obesa. Es bien conocido el aumento de las necesidades energéticas durante el embarazo para satisfacer las demandas tanto de la madre como la del feto. Estas necesidades calóricas van a depender de factores como el peso pregestacional, las semanas de embarazo y la actividad física.

Actualmente se sabe que durante el embarazo se necesitan entre 45.000 y 80.000 calorías para la formación del feto. Por lo tanto, las recomendaciones sobre el incremento diario en las necesidades calóricas se han estimado dividiendo 80.000 Kcal. entre los 240 días de duración del embarazo, lo que se traduce en 300 Kcal al día por encima de las necesidades energéticas de una mujer no embarazada. Entre las recomendaciones internacionales se ha considerado suficiente  incrementar solo 200 a 300 Kcal durante el segundo y tercer trimestre si la paciente se encuentra bien nutrida y sana. 

Sin embargo, toda paciente embarazada debe recibir una dieta individualizada de acuerdo a su estado nutricional, evolución del embarazo, tolerancia a ciertos alimentos, saciedad o condiciones especiales especificas.

Para entender mejor como realizar diagnóstico nutricional lea el siguiente artículo


@DraAnaAdames
@DraEstherArrue

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